lunes, 19 de noviembre de 2012

Decir adios

No sé si algún día me acostumbraré a decir adiós. Las despedidas siempre me desbaratan. 
He dicho adiós demasiadas veces , a lugares, a personas queridas,  conocidos,  vecinos de barrio, calles que repase de niña, de adolescente, como estudiante, como madre, como ciudadana común y como inmigrante en los últimos años, he dicho adiós y juro por dios que nunca quisiera decir adiós.
Este último año, he visto partir a personas que conocí mediante la radio y que se dedican al arte en un país abrumado por la crisis, un país cada día más triste. Algunas de una presencia tan fuerte como el loco de Marcelo, un chico boliviano con una voz increíble que me regaló un vals en uno de los primeros programas de Sudakía y del que lamentablemente no ha quedado memoria radiofónica. Marcelo era  contundente , un espíritu indómito que decía lo que le salía del alma , no se guardaba nada y eso me gustaba, su ejercicio de la libertad. Ahora en su natal Bolivia sé que está bien , siempre se está bien en la tierra, Marcelo.
Pero si Marcelo me recordaba la presencia imponente y orgullosa de nuestra raza, Fabián Salazar , un joven venezolano  me parecía  un vikingo rockero con su chaqueta de cuero y su guitarra, Fabián era la voz  de Rawhide y fue de los primeros en partir junto con su familia de Mataró, Zaragoza le ofrecía mejores perspectivas profesionales que este lado del maresme. 
La radio me ha permitido conocer muchísima gente, con proyectos sociales, políticos, artísticos diversos, gente de mucho talento, gente entregada al quehacer artístico pero también al hacer humano. Hace un poco más de un año conocí a los Hermanos Marín , chilenos dedicados a la difusión del folklore de su tierra y latinoamericano, gente "legal" . Confieso que soy una cantante frustrada y será por eso que me dedico a la poesía que algo se parece a cantar y será también por eso que me gusta rodearme de gente que hace música. Ellos vivían la música , nuestra música , qué latinoamericano no ha escuchado composiciones de Violeta Parra, quién no ha cantado algo de Victor Jara, yo quedé impresionada con ellos, con sus vivencias, con el maravilloso trabajo que realizaban aquí en Catalunya. 
Hace unos días me contactó Carlos, para contarme que Miguel Marín , su hermano retornaba a Chile, qué sentimiento contradictorio, pena y alegría. Pena pues sólo dios sabe cuándo volveremos a coincidir en la vida y alegría , pues la tierra es la tierra. Me anoté ipso facto en la despedida que le darían los amigos. Fue ayer domingo, en el Casal de Les Esmandies en Mataró . La sala repleta de gente amiga, el cariño se hacía presente, Miguel es rico en amigos, un profesional entregado con el que alguna vez ensayé para una frustrada sesión poética pero que me dejó gran impresión por la sensibilidad en elegir la melodía que mejor acompañara mis versos. Un profesional humilde y generoso.No lloré , pero quedé molida por la contención de emociones, creo que resulté una presentadora no muy buena. Pero allí estaba yo con Luz María Espino , una mexicana y gran mujer en primera fila, junto a Llórec Chércoles, quién por cierto tuvo un gesto maravilloso con Miguel, en reconocimiento a su labor.  Dios nos junta siempre Luz María, con ella hemos coincidido también en manifestaciones , mujer de lucha sin duda Luz María.La despedida de Miguel ha sido la demostración de amor más grande que he visto, y es que Miguel lo merece. Reconocidos músicos, maestros como Juan Ramón Roldán, el Negro, una institución musical , hombre alegre que a apenas verme me llamó Negra, a mí que siempre me dicen chola, fraterno, cariñoso entre bambalinas hemos reído con la alegría que solemos tener nosotros, actualmente conforma un grupo ,Conosur con catalanes que conocen de música latinoamericana, y que estuvieron también presentes. Los músicos, la gente del arte es gente de paz, me decía el Negro y allí estaban mostrando el cariño con su potente voz, con la desenvoltura que da el saber estar en los escenarios desde hace mucho, este hombre ,este pampeño  emocionó a todos cuando cantó con sentimiento  ese himno "Canción para todos" Todos estábamos en ese pequeño espacio de Mataró reunidos para decir adios a Miguel, mexicanos, ecuatorianos, chilenos, catalanes, peruanos, argentinos, unidos por una única bandera, la humana.

                                   Tuparik Xaobs con los Hermanos Marín en la Ermita de Sant Simón.

Otro grande Eulogio Dávalos, el Maestro de la guitarra,  que ha actuado en grandes escenarios internacionales como el Carnegie Hall, en Nueva York, La Casa de la Moneda,  la Casa Natal de Tchaikovski , en el Palacio del Kremlin, en el Palacio de la Música Catalana, estaba en Les Esmandies para  despedir al compañero de oficio, al músico, al amigo, al hermano, al compatriota. Los une el mismo oficio pero también la misma conciencia social. También como Miguel es pausado, sencillo, calmo, sumamente tierno. A veces creo que el pasar experiencias duras nos limpian de odios, rencores no hay cabida para el rencor, sólo ganas de hacer que este mundo sea un mundo justo. Se puede hacer mucho con la música decía el Negro, lo creo , claro que sí.
Ayer también hubo presencia de grupos. uno de los más animados fue el grupo Raíces, formado por músicos ecuatorianos, la sala se llenó  con sus San Juanitos, sabor de pasacalles , alegría de la tierra. Fueron de los primeros,después de despedir a Miguel con su alegría, se iban a recibir al presidente de Ecuador Rafael Correa que llegaba a Barcelona. Otro grupo fue el de Los Tuparik Xaobs, formado por catalanes y latinoamericanos, llamaron a Miguel y a Carlos  para que los acompañaran como hace un año en la Ermita de Sant Simón , a cantar  el Aparecido. Miguel reenvindicando sus raíces mapuches nos sorprendió con un canto en esa lengua ancestral, se instaló un silencio profundo, en ese llamado a la tierra. No entiendo mapuche pero había en esa melodía algo eterno, algo que venía de muy lejos para tocar nuestros corazones.
Fue una tarde de danza, cueca, flamenco, de diferentes expresiones musicales de las que está poblada nuestra generosa tierra, rancheras chilenas con los Hermanos Cataldo. Chile espera a Miguel , retorna al hogar  pero aquí también en este lado del Mediterráneo, lo esperarán siempre los amigos.



1 comentario:

  1. Conocí a Marcelo y ciertamentee que tenía una voz alucinante. La palabra adiós es de las mas tristes de nuestro vocabulario porque abarca mucho y por mucho tiempo.
    Abrazos Silvia

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